#StopDeportistasRotos

Llevo algún tiempo en esto que tanto me gusta del baloncesto, el tiempo suficiente para haber labrado amistades con las que comparto interesantes conversaciones sobre nuestro deporte y de las que suelo aprender bastante.

Estos días la comidilla tanto en los grupos de whatsapp como en encuentros fortuitos es la desagradable “guerra” abierta en entre dos de los clubs más relevantes de nuestra ciudad,  que cualquiera puede seguir a través de los medios de comunicación, en los que intercambian comunicados y acusaciones de “robar jugadores”, de incumplir el código ético de federación, de utilizar a los padres…

No es mi intención entrar a valorar aquí esa confrontación. Cuento con compañeros en ambos bandos y les guardo un gran respeto, cada cual tiene su forma de trabajar y de entender el deporte de formación. Pero sí me gustaría esbozar un pensamiento que me entristece desde hace tiempo y que me ha vuelto a traer a la mente a raíz de algunas reacciones.

En uno de estos grupos de wassap discutiendo sobre si estos “robos” de jugadores siempre han sucedido, alguien con mucho baloncesto a sus espaldas comentaba algo así como que “esto antes no pasaba porque había jugadores buenos hasta debajo de las piedras” y diversos comentarios sobre lo rápido y efectivo que es desde un punto de vista resultadista “buscar” deportistas formados en vez de formarlos.

En un programa deportivo de Canal Sur Radio en el que uno de los padres implicados relataba su visión de los hechos, me llamó mucho la atención una de sus observaciones sobre que algunos de los jugadores se habían planteado dejar el baloncesto.

Con más frecuencia de la que me gustaría y con cierta frustración me entero de como otros equipos se ponen en contacto directamente con deportistas o padres que después nos explican como los bombardean con propuestas de “cambio de aires” ofrecimientos de mejores perspectivas competitivas, mejores entrenadores

Estos comentarios son solo un ejemplo de lo que  creo que son los cimientos de un problema que aparece más tarde, el de los DEPORTISTAS ROTOS.
Jugadores “robados” o “fichados” de un equipo a otro a los que, en etapa de formación, les estamos transmitiendo un mensaje mediante esta conducta: “Tienes que ir a este equipo porque es mejor, hay mejores jugadores y mejores entrenadores”

En un grupo de por ejemplo doce jugadores que han acabado su temporada muy contentos,  cuando la siguiente temporada su equipo vuelve a “incorporar” por ejemplo a dos o tres jugadores que vienen de otro club ya que “son muy buenos y tienen que venir a este equipo porque es mejor, hay mejores jugadores y mejores entrenadores”, se crea una situación muy incómoda…

Un buen porcentaje se van a convertir en deportistas rotos, jugadores que ven relegado cada vez más su papel, de ser el tercero o cuarto del equipo pasarán a ser el octavo o noveno y poco a poco a “sobrar”, y ante la perspectiva de abandonar el equipo no se plantean ir a otro porque les hemos enseñado que es “de peor nivel, con peores jugadores, peores entrenadores”, quizás prueben con otro deporte o quizás dejen el deporte.

Deportistas rotos. Chicos y chicas a los que un mensaje erróneo ha hecho perder la ilusión y entusiasmo por su deporte. Ilusión y entusiasmo por el deporte que bien enfocados pueden resultar muy constructivos para su formación y desarrollo.         

Entiendo que sobre este tema hay distintos puntos de vista. No quiero que se me entienda mal, el que me conoce sabe que soy partidario de que cada deportista debe poder elegir donde se siente satisfecho y motivado. Pero pensar que el peso del progreso o la mejora de un equipo recae en traer jugadores buenos me parece un error y los deportistas rotos su consecuencia.

No quiero despedirme sin hacer referencia al comentario “vente a este equipo, hay mejores entrenadores” con el que muchas veces me he sentido personalmente dolido. En la copa del rey de baloncesto de hace un año, en una entrevista a un entrenador al que admiro mucho, le hacían una interesante pregunta:

P. ¿Y quién es el mejor entrenador?
R. Cualquiera que trabaje con niños y mayores, pero que les motive, les enseñe a mejorar su técnica y también su comportamiento.                                                                                                                                  (Aito García Reneses)

Tened mucha paciencia este verano, vienen meses de maniobras de “captación”, de llamadas o mensajes insistentes de clubs que no sabréis como han conseguido vuestro teléfono, de insinuaciones o propuestas de amigas, compañeros o vecinos. Paciencia, nosotros por nuestra parte seguiremos esforzándonos para crecer juntos: Deporte y formación.